Papa León XIV: “Tierra, techo y trabajo son derechos sagrados”
“Tierra, techo y trabajo son derechos sagrados”, aseguró el papa León XIV en el V Encuentro Internacional de Movimientos Populares, que se realizó en Roma, del 21 al 24 de octubre.
- 27 Octubre 2025
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“Tierra, techo y trabajo son derechos sagrados”, aseguró el papa León XIV en el V Encuentro Internacional de Movimientos Populares, que se realizó en Roma, del 21 al 24 de octubre.
Unos días antes, se conoció su primera Exhortación Apostólica, “Dilexi te” (“Te he amado”), “sobre el amor hacia los pobres”, donde reafirmó lo expresado por su antecesor Francisco: “Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La inequidad es raíz de los males sociales”.
Al proponer en el encuentro de los movimientos populares “ver las cosas nuevas desde la periferia”, Su Santidad planteó: “¿Pedir tierra, casa y trabajo para los excluidos es una ´cosa nueva´? Vista desde los centros del poder mundial, ciertamente no. Quien tiene seguridad económica y una casa confortable puede considerar estas peticiones como algo que ya ha sido superado. Las cosas verdaderamente ´nuevas´ parecen ser los vehículos autónomos, los objetos o prendas de última moda, los teléfonos móviles de alta gama, las criptomonedas y otros inventos semejantes. Sin embargo, desde las periferias, las cosas se ven de otro modo; el estandarte que ustedes levantan es tan actual que merece un capítulo entero en el pensamiento social cristiano sobre los excluidos del mundo de hoy”.
“Dilexi te”, en tanto, era un proyecto del papa Francisco que estaba escribiendo en los últimos meses de su vida, en continuidad con su encíclica “Dilexit nos”. “Habiendo recibido como herencia este proyecto”, dice León XIV, “me alegra hacerlo mío -añadiendo algunas reflexiones- y proponerlo al comienzo de mi pontificado, compartiendo el deseo de mi amado predecesor de que todos los cristianos puedan percibir la fuerte conexión que existe entre el amor de Cristo y su llamada a acercarnos a los pobres. De hecho, también yo considero necesario insistir sobre este camino de santificación, porque en el ´llamado a reconocerlo en los pobres y sufrientes se revela el mismo corazón de Cristo, sus sentimientos y opciones más profundas, con las cuales todo santo intenta configurarse´”.
- Documento. Texto de la Exhortación Apostólica del Papa León XIV
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En la exhortación apostólica -un documento magisterial que tiene un carácter pastoral y busca animar a los fieles a vivir su fe de manera más plena y comprometida-, León XIV señala que “el cristiano no puede considerar a los pobres sólo como un problema social; estos son una ´cuestión familiar´, son ´de los nuestros´. Nuestra relación con ellos no se puede reducir a una actividad o a una oficina de la Iglesia. Como enseña la Conferencia de Aparecida, ´se nos pide dedicar tiempo a los pobres, prestarles una amable atención, escucharlos con interés, acompañarlos en los momentos más difíciles, eligiéndolos para compartir horas, semanas o años de nuestra vida, y buscando, desde ellos, la transformación de su situación. No podemos olvidar que el mismo Jesús lo propuso con su modo de actuar y con sus palabras´”.
“La cultura dominante de los inicios de este milenio instiga a abandonar a los pobres a su propio destino, a no juzgarlos dignos de atención y mucho menos de aprecio”, sostiene León XIV en el documento de 5 capítulos, que incluyen 121 puntos. “Hemos crecido en muchos aspectos, aunque somos analfabetos en acompañar, cuidar y sostener a los más frágiles y débiles de nuestras sociedades desarrolladas. Nos acostumbramos a mirar para el costado, a pasar de lado, a ignorar las situaciones hasta que estas nos golpean directamente".
Citando de Francisco el punto 98 de la exhortación Apostólica “Gaudete et exsultate” sobre “el llamado a la santidad en el mundo actual”, el papa León concluye: “Y nos hace mucho bien descubrir que aquella escena del buen samaritano se repite también hoy. Recordemos esta situación de nuestros días: ´Cuando encuentro a una persona durmiendo a la intemperie, en una noche fría, puedo sentir que ese bulto es un imprevisto que me interrumpe, un delincuente ocioso, un estorbo en mi camino, un aguijón molesto para mi conciencia, un problema que deben resolver los políticos, y quizá hasta una basura que ensucia el espacio público. O puedo reaccionar desde la fe y la caridad, y reconocer en él a un ser humano con mi misma dignidad, a una creatura infinitamente amada por el Padre, a una imagen de Dios, a un hermano redimido por Jesucristo. ¡Eso es ser cristianos! ¿O acaso puede entenderse la santidad al margen de este reconocimiento vivo de la dignidad de todo ser humano?´. ¿Qué hizo el buen samaritano?”.

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