En Monte Grande, junto a los jóvenes y las familias: así se vivió el cierre del Año Jubilar

En comunión con todas las diócesis del mundo, la Iglesia en Lomas de Zamora vivió hoy la clausura del Año Santo Jubilar, con una misa que presidió el obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ.

La celebración, que terminó con el cierre simbólico de la Puerta Santa de la capilla Villa Inmaculada (Monte Grande), unió a las familias -en el día de la fiesta litúrgica de la Sagrada Familia- y los jóvenes que desde el viernes están misionando en distintos barrios de esta localidad del partido de Esteban Echeverría.

• Video. Misa completa y cierre de la Puerta Santa

Se trató del cierre del Jubileo 2025 convocado por el recordado Papa Francisco mediante la bula “Spes non confundit” (La Esperanza no defrauda), y abierto por el mismo Sumo Pontífice -en sillas de ruedas- en la Nochebuena del año pasado. Unos días después, el 29 de diciembre, también en comunión con toda la Iglesia, la diócesis había hecho lo propio con el rito central de la apertura de la Puerta Santa de la catedral Nuestra Señora de la Paz. El lema principal que acompañó el año fue: “Peregrinos de Esperanza”.

No solo los jóvenes que realizan la misión participaron de la misa de este domingo, sino miembros de la comunidad de Monte Grande, representantes de distintas instituciones laicales de la diócesis, religiosas, matrimonios que tuvieron un momento de encuentro con los jóvenes en la previa de la misa (las fotos, mañana) y, principalmente, familias que quisieron unirse a la celebración jubilar, dar gracias en el día de la Sagrada Familia y vivir el Jubileo de las Familias.

En el inicio de la misa, el obispo anticipó que “cerraremos la Puerta Santa del Jubileo, en un año muy lindo que es el Año Vocacional y que finalizaremos como año propiamente dicho el 16 de marzo, día del Cura Brochero, pero seguiremos con un Tiempo Vocacional que llegará hasta el 2028 si Dios nos da vida”. Y como ya fue adelantado en el calendario diocesano 2026, recordó que el año próximo tendrá como acento pastoral el cultivo de la vida espiritual (´estar con Él´) y el 2027 se orientará a profundizar la vocación misionera de toda la Iglesia (´ser enviados a anunciar´).

En su homilía, monseñor Lugones remarcó que “sin familias no hay sociedad y no hay comunidad”, destacó que para las familias es importante “la transmisión de la fe y no solo de los valores” y para cualquier vocación “hay que prepararse y discernir, es decir, ponerse delante de Dios y escuchar”.

“Damos gracias a Dios porque en este ámbito de la misión, de la familia, cerramos el Jubileo desde esta célula fundamental de la sociedad que es la familia para la vida de todos nosotros”, finalizó.

El obispo auxiliar, monseñor Fernando Rodríguez, concelebró la Eucaristía junto a los presbíteros Andrés Vallejos (rector del Seminario), Matías Carrizo (formador de la Casa de formación sacerdotal) y Diego Barboza (párroco designado de Inmaculada Concepción, Burzaco).

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Hace un año, en la apertura jubilar, el obispo había dicho que el 2025 “será un Año Santo caracterizado por la esperanza que nunca se extingue. Esta esperanza no solo está dirigida a la vida personal de cada creyente, sino que se extiende a la sociedad en su conjunto, a las relaciones interpersonales y a la promoción de la dignidad de cada persona”.

En la Bula de convocatoria al Jubileo Ordinario del 2025, Francisco había anhelado: “Que el Jubileo sea para todos, ocasión de reavivar la esperanza”.

A saber, existen dos tipos principales de Jubileos en la Iglesia Católica: Jubileo Ordinario y Jubileo Extraordinario. El Ordinario se celebra cada 25 años. Es un año de perdón y gracia, marcado por peregrinaciones a Roma, la confesión, la comunión y la realización de obras de misericordia. El Jubileo Ordinario más reciente fue en el año 2000, bajo el pontificado de San Juan Pablo II, en conmemoración de los 2000 años del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. El Jubileo Extraordinario, en cambio, es convocado en ocasiones especiales, cuando el Papa considera que la Iglesia necesita un tiempo especial de gracia. Un ejemplo reciente es el Jubileo de la Misericordia, proclamado por el Papa Francisco en 2015-2016.

El rito de este domingo en las diócesis de todo el mundo también se viene realizando en la Octava de Navidad en las cuatro basílicas mayores de Roma. Según lo previsto, la clausura del Año Santo -con el cierre de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro- se realizará el 6 de enero de 2026, solemnidad de la Epifanía del Señor, a cargo del Papa León XIV.

• Album. Todas las fotos de la misa de cierre del Año Jubilar

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